Nota ( las imagenes aquí publicadas pueden herir las sensibilidad de las personas)
Otro día madrugando para ir a trabajar, pero
esta vez con mas sueño que otros días, alguien o algo ha estado dando golpes
toda la noche. Según salimos de casa un olor insoportable me golpea la nariz,
huele como a estiércol como si viviera en un establo de ganado. Continuamos
caminando dirección al trabajo y nos quedamos boquiabiertos al ver a dos
corderos atados a una farola.
Por fin comprendemos la procedencia y el motivo
de ese olor en la puerta de casa. Al día siguiente, día 15 de octubre, se
celebra la fiesta del cordero y nuestro casero ha tenido en el patio de entrada
a su casa, el cual está contiguo al nuestro, un cordero vivo durante varios días.
Ya comprendemos el motivo de los golpes
durante la noche, imaginándose el pobre animal el destino que le espera.
Para
los musulmanes la fiesta del cordero es como la navidad para los cristianos. Es
su fiesta mayor que conmemora el pasaje recogido tanto en la Biblia como el
Corán, en el que se muestra la voluntad de Abraham de sacrificar a su
hijo Ismael como un acto de obediencia a Dios, antes de que Este
interviniera para proporcionarle un cordero y sacrificar al animal en su
lugar.
Nos cuentan que todas las
familias sacrifican ese día uno o mas corderos, disparándose los precios, llegando
incluso a sobrepasar los 600 dinares (400 euros) cada animal .
Pero no estábamos muy interesados en
ver ningún sacrificio aunque nos decidimos ese día a coger el coche y dar una
vuelta por la desierta ciudad (parecía año nuevo). De pronto vimos un grupo de
personas agrupadas en una calle. Decidimos parar y no es que viéramos un
sacrificio, vimos literalmente LA MATANZA DE TEXAS.
Había varios
matarifes degollando corderos, seguidamente otros tantos se dedicaban a desollarlos,
(damos fe que alguno de los corderos todavía estaba vivo en el momento de ser desollado),
al tiempo otros dos hacha en mano, se dedicaban sobre un tajo a trocearlos y así
repartir los trozos a la gente allí congregada que se lo llevaban a su casita, recientito y directo a la brasa.
Las pieles se amontonaban una encima de otra, las vísceras
se arrojaban a un cubo y mientras, toda la calle se teñía de sangre.
Supongo que en las casas, en la intimidad de la familia, los
corderos se sacrifican de una forma mas civilizada, pero esto es lo que vimos y
así lo cuento.
Por la tarde, cuando anochece se puede ver por la ciudad a
grupos de chavales asando las cabezas de cordero, con un soplete (literal), vendiéndolas
a la gente a un precio de 3 dinares.
1 comentario:
Hola Jaime, como va todo?.
Veo que la cosa, por lo que estoy leyendo va a peor, las milicias estan haciendo de la suyas en Bengasi.
Por cierto en que ciudad estas residiendo?.
Cuidate Jaime,saludos desde España
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